26 abril, 2024

Los secretos de Verona por Hanna Zaidy Hidalgo

Los secretos de Verona

Érase una vez tres familias que vivían en la misma ciudad, tenían el mismo estatus socioeconómico y se llevaban muy bien entre ellos, de hecho, parecían todos una sola familia. 

Dos de aquellas familias, la Montesco y la Capuleto, llevaban siglos asentados en Verona, pero eso no les impidió acoger a una nueva familia que llegaba de Mantua, los Rossi. Los Rossi encajaron perfectamente en Verona, y también lo hizo su hija Sofía.

Las tres familias vivían prácticamente al lado, y como tenían hijos de la misma edad pronto se hicieron muy amigos. Sofía, Julio y Reinaldo eran inseparables y todas las tardes jugaban en la calle. Sus familias veían bien esa unión porque querían que sus industrias se unieran en algún momento, y así pasar de ser competencia a socios.

Sin embargo, el destino tenía otros planes para las tres familias. Un triste día lluvioso de noviembre, cuando el agua llenaba las calles de Verona y se llevaba consigo todos los puestecillos del mercado, Reinaldo le pidió matrimonio a Sofía. 

Sofía le rechazó, porque lo que nadie sabía era que ella estaba profundamente enamorada de Julio Capuleto y no de Reinaldo Montesco. Y nadie podía saberlo tampoco, porque su familia prefería a Reinaldo y veían a los Capuleto como inferiores, aunque no lo mostraran públicamente. Sofía sabía que rechazarlo solo retrasaría su destino, y que ni Julio ni ella podrían evitarlo. 

A la mañana siguiente toda Verona ya sabía lo que había ocurrido gracias al altercado que Julio montó cuando se enteró. Reinaldo no entendía el motivo de su enfado, y se fue a casa abatido y triste hasta que una carta arrugada llegó hasta sus pies por culpa del viento. Estaba solo en la calle, así que la leyó ahí mismo, sin poder remediar su curiosidad.

La carta no estaba firmada, y su contenido revelaba la relación secreta entre Sofía y Julio. Alguien había interceptado las cartas que se enviaban bajo nombres falsos entre ellos, y escuchado las conversaciones más íntimas entre ambos. Reinaldo no tenía ninguna duda de que todo era real e ideó un plan, ya que él también amaba a Sofía.

Con sus estrategias de negocios hundió la empresa de los Rossi hasta llevarla a la bancarrota en unas pocas semanas. Luego, les ofreció un rescate, que en verdad era una estafa, para ayudarles. Los Rossi cayeron en su trampa y estaban tan agradecidos que accedieron a una boda pactada entre Sofía y Reinaldo. Y así fue: Sofía tuvo que casarse aunque no quisiera, y su único consuelo era que al menos Reinaldo no era un desconocido. Ahora sería Sofía Montesco, y todos los Capuleto la odiaban porque Julio les había mentido para que lo hicieran.

Aun así, su relación clandestina siguió hasta que, semanas después de su boda, se enteró de la muerte de sus padres. Ellos se habían quitado la vida al mismo tiempo en la iglesia, y los había encontrado un chico llamado Lorenzo. Sofía se hundió en la miseria y perdió al bebé que iba a tener con Julio, aunque Reinaldo creía que era suyo. 

La policía del Príncipe estudió el caso y culparon al hermano de Reinaldo, así que fue desterrado. Sofía nunca más volvió a hablar del tema y culpaba a su relación clandestina por la muerte de sus padres, así que terminó de inmediato con Julio y se prometió centrarse en su matrimonio. 

Reinaldo y Sofía fueron felices los primeros años, sobre todo tras el nacimiento de su hijo Romeo, pero Sofía no fue capaz de mantener su promesa y volvió a contactar con Julio. Él también se había casado y solo respondió una vez sus cartas, diciéndole que estaba demasiado ocupado con su hija Julieta y su esposa.

Hannah Zaidy Hidalgo .1º Bachillerato-A