La noche ha caído, está lloviendo y en la plaza del pueblo solo hay un extraño hombre. Iba todo vestido de negro, parecía estar esperando a alguien. Al momento, llegan dos personas más que iban vestidas con el mismo aspecto que el otro
hombre. Se encontraron y se subieron a un coche negro, el cuál desapareció tras la esquina de la calle.
Entonces me desperté, ni en sueños podía olvidar la extraña secuencia que había contemplado el día anterior. Me levanté y fui a prepararme un café.
– ¡Buenos días! – dijo Elvira – Tienes mala cara, ¿has dormido bien?.
– La verdad es que no, no puedo dejar de pensar en una cosa que me pasó ayer.
– A ver, cuéntame.
Le conté a Elvira todo lo que vi
– Mira Carlos, ¿tú estás seguro de que no te lo has inventado? Es que me parece
muy raro, aquí en el pueblo nunca pasa nada y de repente tú ves unos… ¿espías?
No sé Carlos, es extraño.
“ESPÍA” , esa palabra se quedó grabada en mi mente, ¿y si aquellas personas que vi eran espías? ¿Qué buscaban en nuestro pueblo? ¿tendría algo que ver con aquellas luces que se vieron el otro día en el lago?
CARMEN GÓMEZ FERNÁNDEZ. 4º ESO-D