“La realidad de una, el problema de todas»
Todo empezó con una sutil y normalizada frase , me sumergí en este putrefacto mundo gracias a ella -no me gusta tu falda , es demasiado corta -con apenas ocho palabras tuvo la capacidad de hacer que le obedeciera y que se sintiese con un poder heroico sobre mí . Cuando me cambié la falda , sin darme cuenta cambié también mi libertad por una exasperante esclavitud; al caminar hasta el vestidor sentí compasión , al desabrocharme el botón , miedo y, al ponerme la otra prenda , sumisión . Pero esto no se quedó ahí ;está claro que todo empieza por algo y esto no iba a ser una excepción , de la ropa…a la actitud. Recuerdo perfectamente un día que bailé con él y me dijo: “ no bailes así, me estás poniendo en evidencia”. Así que paré de bailar y solo observé durante toda la fiesta , eso era su objetivo que yo solo observara .
Así durante más de 15 años y sin darme cuenta estaba encerrada en una minúscula cárcel sin guardia o eso creía yo porque todos los vigilantes recurren a la fuerza en algún momento y ,obviamente, esa circunstancia sucedió y aunque estuviese llena de sangre , amoratada y dolorida tirada en el suelo de una blanca cocina , estaba convencida de que hacía todo eso por amor . Ese acto extraordinario se convirtió en una rutina de lunes a domingo , ¿ le iba mal en el trabajo ? , ¿ había discutido con alguien ?Todo eso lo pagaba yo a base de golpes e insultos , así infinitas veces . El momento que más temía de cada día era la oscura noche , notaba su aliento en mi nuca y como, poco a poco, con sus mugrientas manos tocaba todo mi cuerpo sin permiso, él siempre decía que era suya y así aguanté más de 25 años con hijos y nietos , sufriendo en silencio, aparentando una falsa felicidad .
Esa fue la declaración de María en el juzgado por el asesinato de su marido hace escasas horas.
AITOR LEÓN MONGE. 3º ESO-B