25 N
Perdida en un laberinto,
encerrada en mi silencio.
La oscuridad es mi nuevo mundo,
tus brazos sólo hicieron el intento.
Ya no hay nada que me inspire,
yo ya terminé ese juego,
Si con cada dado lanzado
tú retirabas todos tus besos.
Y esos lo siento,
Que con el aire se esfumaron.
Fueron palabras en boca
De uno de mis enormes fallos.
Mientras yo me creía libre
tú marcabas todos mis pasos.
El amor no se mide en golpes
y tú me dabas demasiados.
Siempre me creíste tuya
pero yo nunca fui un objeto.
No es una cuerda lo que me ataba a ti.
Era el maldito miedo.
A sentirme extraña y sola
en esta vida de la que me apartaste.
De que tus palabras fueran ciertas,
y yo sin ti no pudiera ser nadie.
No sé si yo era el fallo,
pero cómo contradecirte.
Si por un mantel mal puesto
ya me levantabas la mano.
Fingir una sonrisa
ya se hizo una costumbre.
Ni siquiera recuerdo el día
en el que la felicidad vestía mi nombre.
Mi piel ya está marcada
por demasiadas cicatrices.
Las heridas forman un mapa
hasta crear mi calavera.
Justificabas con tu amor
todos mis moratones.
Ahora esa es la razón de que
en una lápida mi alma perezca.
Macarena Gálvez Maldonado
1º Bachillerato B